Ubicado en Mazagón a la orilla del Atlántico y en medio de un frondoso bosque de pinos, nos ofrece una convivencia muy directa con la Naturaleza; kilómetros de playa aún en estado salvaje, de fina y dorada arena y limpias aguas donde disfrutar de la naturaleza en solitario o compartiendo con los demás las excelencias de un magnífico clima.